ISABELLA ROSSELLINI, LA DIVA QUE HIZO ‘GREEN PORNO’

Cultura

Isabella Rossellini, la diva que hizo ‘Green Porno’

La actriz italiana demuestra su divertida visión de la naturaleza en 38 cortometrajes en MUBI.

Andrés Hoyos

Isabella Rossellini siempre una gran estrella del cine. Musa del director David Lynch en la enigmática cinta Terciopelo azul y en Corazón salvaje; protagonizó Crime of the Century, del realizador Mark Rydell, se convirtió en una bruja en la comedia La muerte les sienta bien –junto a Meryl Streep–; hizo parte de una de las mejores películas de mafia del siglo XX: El funeral, dirigida por Abel Ferrara, y hasta se convirtió en ‘la colombiana’ en la cinta Empire, junto a John Leguízamo. Un thriller de un narco tratando de abrirse paso en el mundo de la Bolsa de Valores de Nueva York.

Como si no fuera poco, Isabella es hija del mítico director Roberto Rossellini y la actriz Ingrid Bergman, y también ha forjado una carrera como modelo y escritora. No obstante una genética de película y una vida en la que los estudios, las cámaras y las historias han sido parte de su existencia, Isabella Rossellini ha buscado un brillo diferente y unas ganas de también contar esas historias, pero a su manera. (Puede leer: La increíble historia de un milagro en la selva).

Precisamente, uno de sus proyectos más queridos e insólitos es Green Porno (Porno verde, pero no hay que sonrojarse con el título), una serie de pequeños cortometrajes, divertidos, con tono polémico a veces tiernos, rebeldes y hasta casi infantiles, en los que esta trotamundos quería contar lo que pocos se atrevían acerca de la naturaleza, el sexo, el instinto maternal y hasta las extrañas técnicas de seducción de los animales, siendo ella protagonista, directora, escritora y productora. Green Porno, que ahora está disponible en la plataforma de streaming MUBI, es una experiencia visual sobrecogedora y sorprendente. Rossellini aparece frente a la cámara disfrazada de abeja para detallar la vida sexual de los insectos; también hace una disertación de la importancia de la vagina mientras camina por representaciones de penes de cartón. Pero no es escandaloso, sino hermoso y hasta educativo su recorrido. Tuvo tiempo para viajar a la Patagonia argentina y ver el apareamiento de las focas y explicar en una escena con animales en papel el proceso, sin dejar de ser profunda y muy divertida.

Hoy, la actriz de 71 años reconoce estar feliz por volver a ver este Green Porno, que desarrolló en 2009, originalmente para el canal Sundance del actor Robert Redford, quien quedó fascinado con la mezcla de humor, ciencia y fantasía que desarrollaban esos 38 filmes que iban de dos a siete minutos de duración. En una charla solo un poquito más larga que sus producciones, gracias a Zoom, la actriz sonríe al recordar esa aventura y reconoce que no para de trabajar y de ser curiosa a la hora de contar historias. “Sigo actuando y trabajando como modelo. Paso la mitad del año, yo diría, seis meses del año viajando o asistiendo a cosas. Y parte del año aquí en casa, donde viven abejas. Estamos en primavera, así que en esta época ellas son difíciles de controlar y se quieren escapar, luego voy a recoger las heces de mis ovejas y cabras y revisó a mis otros animales (como las gallinas) que no estén mal y luego paso tiempo con mi hijo”, dice una Isabella que parece estar a años luz de la simple idea de ser solo una estrella del séptimo arte.

Tiene un posgrado en comportamiento animal del Hunter College de Nueva York, así como una temporada monólogo teatral llamado Darwin’s Smile y escribió el libro My Chickens and I (Mis pollos y yo). En verdad, ama la naturaleza. (Otro tema: 'Fallout', la serie de un cruel, bello y divertido apocalipsis).

“Fue un momento maravilloso, porque también fue un período en el que estaba trabajando mucho menos como actriz y como modelo, así, porque ya era mayor de edad y había menos propuestas –dice refiriéndose a su aventura como estudiante de etología–, pero me trajo mucha alegría a mi vida. Estaba feliz de no trabajar y tenía todo tiempo para estudiar, pero luego pensé: Bueno, tengo que hacer mis propias películas”, reconoce la actriz, que comenzó su carrera bajo la dirección de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, con El prado (1979); que se casó con el director neoyorquino Martin Scorsese y tuvo con su padre (artífice de clásicos indiscutibles como Roma, ciudad abierta o Stromboli) la posibilidad de tener a los mejores mentores cinematográficos, pero ella no se dejó llevar por ningún estilo de esos. Reconoce ser más cercana al cine de George Méliès, el precursor de los efectos visuales y los filmes mudos con historias cómicas, extrañas pero inolvidables que él hizo a principios del siglo XX. Esos rasgos se notan en Green Porno.

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Andrés Hoyos

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